En los Estados Unidos, desde 1983, abril ha sido designado como el Mes de Prevención del Abuso Infantil, con un enfoque dedicado a aumentar la conciencia y prevenir el abuso y la negligencia infantil. A lo largo de este mes, trabajamos diligentemente para fortalecer los mecanismos de apoyo para los niños y sus familias, y llevamos a cabo campañas de concientización social sobre la prevención del abuso infantil.
Estadísticas Alarmantes
En 2020, el número de víctimas infantiles de abuso y negligencia fue de 618,000. La tasa de victimización fue de 8.4 víctimas por cada 1,000 niños en la población. Aunque esta cifra es menor que las 656,000 víctimas reportadas en 2019, es esencial tener en cuenta que la disminución se debió principalmente a una disminución en el número de casos reportados.
Pero, ¿Cuántos Casos se Reportaron en 2020?
En 2019, las agencias de Servicios de Protección Infantil (CPS, por sus siglas en inglés) a nivel nacional recibieron un estimado de 4.4 millones de quejas en total. Sin embargo, en 2020, la estimación nacional de quejas recibidas por las agencias de CPS disminuyó a 3.9 millones, marcando una disminución significativa del 10.5% en el número de referencias revisadas.
El Impacto de la COVID-19
Lamentablemente, la disminución de los casos reportados no implica menos incidentes de abuso o un peligro reducido para los niños. Cuando analizamos los datos anuales nacionales, podemos ver que la disminución fue más pronunciada durante el período de marzo a junio de 2020, coincidiendo con la propagación de la COVID-19.
Con muchas escuelas haciendo la transición a aulas virtuales, se volvió desafiante para el grupo más grande de informantes de abuso y negligencia infantil, el personal educativo, observar presuntos maltratos y presentar informes.
Por lo tanto, hoy más que nunca, debemos luchar para reducir el abuso infantil, no como resultado de una disminución en la presentación de informes, sino a través de un aumento en la conciencia y la educación sobre PREVENCIÓN DEL ABUSO INFANTIL.
Necesitamos que todos jueguen un papel activo en apoyar a los niños y a los padres, y en crear comunidades seguras que fomenten familias prósperas. Es responsabilidad de todos nosotros mantenerlos seguros en la comunidad. Nuestros niños nos necesitan ahora más que nunca.
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