En los Estados Unidos, desde 1983, abril es el mes de prevención del abuso infantil, una observación anual dedicada a crear conciencia y prevenir el abuso y la negligencia. A lo largo del mes, ONG y agencias estatales trabajan para reforzar los mecanismos que ayudan a los niños y sus familias, así como para llevar a cabo campañas que aumenten la conciencia social sobre la prevención del abuso infantil.
MOTIVOS PARA CREAR CONCIENCIA EN LA PREVENCIÓN DEL ABUSO INFANTIL
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), experimentar abuso sexual es una experiencia adversa en la infancia (ECA) que puede afectar cómo una persona piensa, actúa y siente a lo largo de su vida, resultando en consecuencias de salud física y mental/emocional a corto y largo plazo. Por lo tanto, es esencial trabajar hacia la prevención del abuso infantil.
Ejemplos de consecuencias para la salud física incluyen:
- Embarazos no deseados/no planificados.
- Lesiones físicas.
- Condiciones crónicas en la vida posterior, como enfermedades cardíacas, obesidad y cáncer.
Ejemplos de consecuencias para la salud mental incluyen:
- Depresión.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Ejemplos de consecuencias conductuales incluyen:
- Abuso de sustancias.
- Comportamientos sexuales de riesgo, como sexo no protegido y relaciones sexuales con múltiples parejas.
- Mayor riesgo de suicidio o intentos de suicidio.
Otro resultado comúnmente asociado con el abuso sexual infantil es un aumento en el riesgo de revictimización a lo largo de la vida de una persona. Por ejemplo, estudios recientes han encontrado:
- Las mujeres expuestas al abuso sexual tienen un riesgo aumentado de 2 a 13 veces de victimización sexual en la edad adulta.
- Las personas que sufrieron abuso sexual infantil tienen el doble de riesgo de violencia de pareja íntima no sexual.
- Las probabilidades de intento de suicidio son seis veces mayores para hombres y nueve veces mayores para mujeres con antecedentes de abuso sexual infantil en comparación con aquellos sin antecedentes de abuso sexual infantil.
Al trabajar para prevenir el abuso infantil, podemos ayudar a que los niños crezcan en un entorno saludable y feliz, disfrutando de una infancia plena. También contribuimos a reducir problemas relacionados, como el número de pacientes con enfermedades mentales y las tasas de violencia familiar.