Un violador de menores convicto en Luisiana fue condenado a cumplir una pena de 35 años de prisión y deberá ser castrado químicamente tras su puesta en libertad.
Ryan Clark, de 34 años, se declaró culpable el 1 de marzo de los cargos de violación en segundo grado cuando se impide a la víctima resistirse debido a la fuerza o a amenazas, dos cargos de abuso sexual de un menor de 13 años y agresión sexual.
La Oficina del Sheriff de Tangipahoa Parish fue notificada de un posible incidente entre "Clark y un menor por una persona a la que la víctima había confiado" el 16 de julio de 2020.
Según el fiscal del distrito judicial 21, Scott M. Perrilloux, la víctima dijo que el comportamiento había ocurrido durante más de un año.
Cuando se entrevistó al menor, se descubrió una segunda víctima, dijo el fiscal del distrito.
Clark fue puesto bajo custodia el 17 de julio de 2020 por cargos de agresión sexual y abuso sexual de un menor.
Antes de su declaración de culpabilidad fue condenado por delito menor de conocimiento carnal de un menor por recibir sexo oral en un lugar público y pasó 228 días en la cárcel en 2021.
Perrilloux dijo que Clark cumplirá un total de 35 años en el Departamento Correccional de Lousiana, con los primeros 25 años "para ser servidos sin beneficios".
Después de que Clark salga de la cárcel, deberá someterse a una castración química, dijo Perrilloux, además de registrarse como delincuente sexual y renunciar a todos los derechos parentales.
Según FOX 8, la castración química se legalizó en Luisiana en 2008, cuando el ex gobernador Bobby Jindal firmó un proyecto de ley que permitía el tratamiento farmacológico de los culpables de algunos delitos, como abuso sexual de un menor, violación con agravantes, violación forzada, agresión sexual en segundo grado, incesto con agravantes y delito agravado contra la naturaleza.
La castración química se administra mediante inyecciones de acetato de medroxiprogesterona, que suprime el deseo sexual del varón al reducir los niveles de testosterona.
