Un jurado declaró la semana pasada a una madre de Oklahoma culpable de dos cargos de maltrato infantil tras fingir las enfermedades de su hijo durante un año, en lo que los expertos declararon que era probablemente un caso de síndrome de Munchausen por poderes.
El jurado emitió el veredicto el 17 de noviembre en el Tribunal del Distrito Este de Oklahoma. Los fiscales federales alegaron que Kasie Keys pasó años afirmando falsamente que su hijo, nacido en 2009, tenía problemas para comer y estaba enfermo en fase terminal.
Los expertos testificaron que Keys probablemente sufría el síndrome de Munchausen por poder, informó la filial de la NBC KFOR de Oklahoma City.
Esta enfermedad se manifiesta cuando "el cuidador de un niño, casi siempre una madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo", según el Instituto Nacional de Salud.
Los documentos judiciales afirman que, tras el divorcio de Keys del padre del niño en 2012, ella empezó a decir a los médicos de su hijo que éste tenía problemas para comer, usar las manos, hablar y controlar los intestinos.
El padre del niño no observó esos síntomas, pero los médicos comenzaron a diagnosticar y tratar al niño basándose en los informes de su madre, según los documentos judiciales. A el niño se le fue eventualmente colocado un tubo de alimentación.
Más tarde, el niño fue sometido a un régimen de nutrición parenteral total, que consiste en "nutrientes líquidos que se administran al paciente a través de las venas por vía intravenosa y evita el estómago y los intestinos" y requiere el mantenimiento por parte de los cuidadores, dicen los documentos judiciales.
Keys mantuvo al niño con ese régimen de alimentación durante casi cuatro años y no le añadió las vitaminas y minerales necesarios, según los documentos judiciales. Como resultado, su hijo tuvo que ser hospitalizado por desnutrición y pérdida de cabello, entre otros problemas.
Tampoco mantuvo su higiene, poniéndolo en riesgo de infección y dejándolo con pañales dobles llenos de orina y heces, según los fiscales. Esto llevó a su hospitalización por levadura en la sangre, infección del tracto urinario e infecciones bacterianas.
El juicio se celebró tras la acusación de un gran jurado en octubre de 2021 por seis cargos de maltrato infantil y dos cargos de negligencia infantil, de los que Keys se declaró inocente, según muestran los documentos judiciales.
El jurado declaró a Keys no culpable de los dos cargos de negligencia infantil -que, según la acusación, alegaban que no mantuvo el régimen de alimentación y la higiene del niño- y declaró la nulidad del juicio por los otros cuatro cargos de abuso infantil.
Las notas del presidente del jurado archivadas en el tribunal parecen indicar que el jurado se esforzó por llegar a un veredicto, y en dos ocasiones preguntó al juez qué debían hacer si no podían llegar a una decisión unánime.
El abuso de menores en Oklahoma se castiga con hasta la cadena perpetua.
La información sobre la sentencia de Keys no estaba disponible de inmediato.